¿Cómo comencé en esto del marketing?
- Pablo Escalona
- 10 feb
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 12 feb
Es complicado escribir estas líneas, porque no es un argumento sencillo. No es una decisión que tomé por gusto profesional, ni personal, comenzar en esto del marketing.
Y la historia empieza hace 7 años, cuando migré a Chile. Las oportunidades eran pocas para ejercer mi profesión de comunicador social, pero de alguna manera se mantenía la espinita de continuar haciéndolo.

Por supuesto, como no, si en Venezuela estuve un par de años trabajando para el diario El Universal como periodista de economía, y me enamoré de la profesión. Del vaivén de la noticia, de las entrevistas, de la investigación de ese mundo tan dinámico que te envuelve y te arropa.
Aunque no era un sueño imposible hacerlo acá en Chile, requería montones de esfuerzo para ganarse una plaza en diarios del mismo nivel. Estuve muy cerca, con un par de trabajos freelance, pero la vida del migrante te golpea de ciertas maneras, y definitivamente no pudo ser.
Aquí para esto del marketing
Sin embargo, justo en los meses en que casi tiro la toalla, de tanto postular y enviar CV’s a diestra y siniestra, me encontré con la oportunidad de al menos acercarme a la comunicación. ¿Cómo? Administrando y creando contenidos para las redes sociales de una pequeña empresa chilena importadora de café.
¿Era parte del sueño? Quizás no, pero era lo más cerca que podía estar en ese momento. Puedo decir que aprendí mucho de la experiencia, con muchos golpes, eso sí, pero digamos que fue un año de sentar bases para el mundo de nuevas cosas que estaban por venir.
No estoy muy orgulloso de los contenidos que ahí creé, pero me ayudaron a sumar habilidades que no poseía cuando comencé. ¿Instagram? ¿Hashtags? ¿Etiquetas? Nada de eso era parte de mi vocabulario antes, y se convirtió en mi vida después.
Luego de un año de ser el CM de la empresa (y muchas labores más), me quemé y renuncié. Estaba escribiendo para una sitio web como freelance, y con lo que ahí hacía estaba relativamente bien para dejar ese primer trabajo.
Sin embargo, un par de meses antes había postulado a algunas vacantes, con el pensamiento de «no puedo irme, sin antes tener algo seguro». No ocurrió así, y ya estaba resignado, pero recibí una llamada de último momento: Una agencia de comunicaciones necesitaba un gestor de medios digitales y había sido elegido. ¡Eureka!
Debo decir que acá comenzó mi verdadera aventura y donde aprendí de verdad, verdad. Pese a que era un team de uno para ciertas cosas, el equipo era maravilloso y planificábamos en conjunto. Ayudábamos a grandes marcas a posicionarse y ser sostenibles en el proceso (si llegan a leer esto M. Ignacia y Juan, gracias por tanto).
Eran empresas grandes, que requerían de todo nuestro apoyo. En mi caso, gestionar gran parte del contenido, con estrategias bien elaboradas… Esto consideraba realizar benchmarks, definir de kpi’s, crear y posicionar contenido, y el seguimiento de métricas (redes sociales en general y Google Analitycs, principalmente).
Fue un gran reto, porque algunas de estas marcas eran bien complicadas. Requerían contenido que no era sencillo de presentar, y digerir, que claramente necesitaba más de un brainstorming, con tazas de café en mano.
Además, súmenle a todo esto que buena parte de esta gestión fue realizada en pandemia. En definitiva, nada fácil.
De esta experiencia me llevé todo: crecimiento, buenas relaciones y un corazón profesional contento, porque fueron tres años de ese comunicador con la espinita ya saciada.
Lemontech, una gran escuela
Pude continuar allí por un buen tiempo, pero surgió una oportunidad que no pude rechazar. Gracias a una muy querida amiga, postulé a una startup de tecnología para abogados, que luego de dos meses -casi-, me contrató como un su nuevo content creator.
¿Qué tenía de nuevo para mí esta experiencia? Venía para trabajar con un equipo en esto del marketing consolidado, con distintos especialistas en inbound, brand y product marketing. Podría aprender de estas personas, y seguir nutriendo mi curva de aprendizaje.
Llegué y mi percepción no estuvo equivocada. Nada más entrar, conversar y conocer al equipo, pude confirmar que lo que sabía de marketing era poco y nada. Mis bases eran buenas, pero las habilidades, técnicas y herramientas faltaba pulirlas un montón.
Y qué decirles, aquí estoy hoy. Un Pablo más sabio como marketer, gracias a la montaña rusa de último año y medio: marketing de contenidos, estrategias inbound, investigación, SEO, etc, etc, etc.
La historia se hizo larga, pero así fue mi inicio (casi 6-7 años en ello). Creo que el marketing es un pequeño gran monstruo, con un montón de brazos que vas descubriendo cada que avanzas, pero siento que no es nada que no se pueda lograr con dedicación.
El recorrido sigue, y este blog servirá para llevar la cuenta de eso. ¡Gracias por leerme hasta acá!
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